López Miras compareció el 13 de enero por la tarde para anunciar las medidas que su Gobierno había decidido tomar con el objetivo de contener el preocupante incremento de las cifras de infectados por coronavirus en la Región de Murcia. Tras explicar que las causas del descontrol autorizado de Navidad estaban en los ciudadanos irresponsables, que derrotar a la pandemia es una pura cuestión de voluntad y dejar bien claro que la responsabilidad es de esos irresponsables y no de las autoridades competentes, procedió a enumerar las medidas del decreto. Si la realidad fuera tal y como la pintaba López Miras con sus palabras, nos sorprendería que estas medidas vayan a caer sobre toda la ciudadanía y no sobre ese pequeño grupo de egoístas a los que señalaba el presidente. Con toda la claridad de la que fue capaz detalló la medida, porque en realidad se trataba de una única medida la que venía a anunciar. Queda prohibida toda interacción social no reglada, es decir, fuera de los ámbitos educati
Pablo Iglesias s iempre ha tratado de dar a sus discursos un aire de sentido común fuertemente impostado en combinación con una serie de gestos efectistas y eficaces con el objetivo de captar la atención del espectador. Desde el "tic tac" a "el miedo va a cambiar de bando" pasando por la "cal viva" y el "cierre al salir" Pablo no ha dejado nunca pasar la oportunidad de acuñar frases que puedan quedar grabadas en la memoria del espectador, confeccionando en el proceso una política de gestos radicales que no suelen estar respaldados por hechos o un discurso sólido. Ahora, tras haberse convertido Podemos bajo su mando en una carcasa vaciada de vida política y con el ansiado maletín de vicepresidente en sus manos, cabe preguntarse donde apuntaba Iglesias realmente. Si el objetivo de sus palabras era atacar a los rivales que señalaba (el PSOE, las "élites" o Vox, según el momento) o reforzar su posición como líder al frente del partido. La